martes, 28 de febrero de 2012

Bicicletas con rueditas.

                                                                                  "por los rostros de los rostros de los rostros, amén"



En las antípodas de mi siendo encuentro seres completamente ajenos que me seducen al ridículo, me invitan al sarcasmo más burdo, a la pelea estéril. Los veo lamiéndose el culo vano entre si, sirviéndose de nuestros cigarros las pitadas más caras, musicalizando en orquesta como momias de yeso hueco los compases más absurdos mientras desde las tablas los aplauden los distraídos, los pocopeadores. Ya sea en el sigilo mas adormecedor o en el vocifero de los versos más trillados, se engalanan con nuestras creces las medallas que nosotros sin querer les colgamos porque a nosotros nos pertenecen. Rien risas de cabaret, viven vidas prestadas, comen sobre comido lo que no comen los demás, mienten sin gestos, huyen como lauchas con la cola entre los dientes. Nos dan palmaditas enemigas.
Y al otro lado de esta habitación infesta estamos los que dolemos dolores que nunca sentimos, vivimos como podemos sin tiempo para desandar el camino ajeno, los juzgados y prejuzgados y golpeados y subestimados. Los nunca peones de los peones de turno. Los buscadores que nunca encuentran. Los jodidos que no joden. Los realmente molestos. Los que aturden el juego con ruidos molestos. Los inconformistas errantes que a duras penas conforman por necesidad. Los que aprendieron el silencio torpe en la escuela de la amargura y gritan cloacales gritos como diamantes en bruto. Los nuncasalvesequienpueda. Los de la bici sin rueditas.

    

sábado, 25 de febrero de 2012

Renaceres



Renacerse erguido entre las gentes de mi pueblo, como  blasfemo, irreverente y semejante. Emergerse la huella latente en mi tierra dolida, que marca cada zancada como si fuera la última. Mirarse en cada rostro perdido, endurecido, desganado, cosechar las ilusiones que ni en espejismos se imaginaron.
Y soñarse como nunca, otra vez, entre tus manos.
Tomaremos a tiempo el destino prohibido que ya nos pertenece. Como nos pertenecen los sueños que nos animaste a soñar. Y serás en cada antonimia del pasado lúgubre que sobrevivía en estos tiempos y en cada despertar nuevo de este coraje que respira profundo en la orejas del traidor. Serás una vez más para nosotros, los desubicados de siempre, los de la vereda de enfrente, los locos, los perseguidos, los hediondos. Serás por ayeres y siempres nuestro compañero, Néstor.


domingo, 12 de febrero de 2012

¿Qué más dar?

Caen las aguas vencidas, con total inercia, en busca de la gravedad. Se sumergen en sueños de fango sobre las yerbas sin polvo. Se fusionan de mezclas rancias. Se abusan, embebidas, de su dulzura matinal.

La coreografía es perfecta. Su futuro, un mientras tanto indefinido.

Aguantando las respiraciones por segundos eternos, con la voluntad única de despertar impulsos, te vas succionando sus vertientes por los tiempos. Lamiendo, como heridas, las gotas perdidas que se estremecen entre tus dedos.

Hoy busqué las cenizas de las brasas que ardieron pecaminosas, la noche que hervimos un pifie mientras bailamos a destiempo los rocanroles de la cornisa.

Y te vas, como yo me fui tantas veces, huyendo de los buenos tiempos. Te vas a cebar unos recuerdos amargos, hasta que se laven de berretines, en el parque del "¿qué más da?"

miércoles, 8 de febrero de 2012

Este es el tiempo

Alguna vez tuitié que quizás el Time Line de Twitter era como una cinta transportadora y nuestros tuits volverían en algún momento. Pero hoy pensé en aquella frase: “cuanta fantasía necesitamos para aguantar tanta realidad” Hay tuits que no vuelven y así son las cosas. Los tiempos que nos corren son paradójicamente iguales en la mal llamada Vida Real. Esta línea continua es finita y nada vuelve.  

No soy religioso, nunca lo fui. Veo a las religiones como grandes metáforas nunca entendidas (si, soy soberbio) y, bajo mi concepción, los cielos y los infiernos están en el imaginario colectivo. Es así que las buenas energías que contagiamos en vida nos inmortalizan en recuerdos positivos, en lágrimas de amor, en abrazos y compañías, cuando ya no estamos. Para los espíritus genuinos hay una revancha: el tiempo borra los malos recuerdos. Si eso no es el paraíso, no sé que mas esperar.

Y mierda si se nos fue un ángel, entonces.