Me voy liándole el cigarro de la nostalgia, ese que nunca pitará, a la confianza austera que poco a poco me ve yacer a sus pies. A sus pies, cegado, maldito, atormentado, aletargado en el más cruel de los éxtasis, me rindo para no oír lo que nunca se pudo pronunciar.
Estos puntos suspensivos no me matan. Este espejismo que en mí acerca he descubierto me desvela entre sueños por beber de su oasis trillado.
Te leo siempre porque me gusta mucho como escribís y te aclaro que soy bastante selectiva con la lectura. Soy Karupi (la que vive lejos). Me encantó tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminar"Estos puntos suspensivos no me matan" Buena frase.
ResponderEliminar